La conciencia de nuestros limites nos lleva a filosofar porque surge necesariamente en nosotrxs la pregunta por el sentido y el valor de la existencia humana
¿Por qué la Filosofía puede ser considerada un pensamiento problematizador?
La primera cuestión de la Filosofía es la misma Filosofía; de allí la imposibilidad de definirla antes de entrar de lleno en su estudio. El gran problema es que carece de un concepto unívoco de lo que ella es. Pero esta dificultad no debe constituir en absoluto un obstáculo infranqueable. Más bien, debería presentársenos como un estímulo. La Filosofía es un pensamiento que se vuelve sobre sí mismo, que se repliega sobre sí. Por eso se convierte también en su propio problema. Parece que hubiera caído en un círculo vicioso. Toda filosofía se define ella misma con su realización: poniéndola en práctica. Y así, sobre la base de los propios intentos, podremos luego percibir qué es lo que en el mundo nos hace frente como Filosofía.
La filosofía debe operar como desenmascaradora de relaciones y desmitificadora de ciertos supuestos respecto de lo real que se aparecen como irrefutables o inmutables, aportando un tipo de reflexión desacostumbrada y generando una renovación en la visión que de la realidad se tenga, como resultado del extrañamiento necesario para hacer de lo obvio una pregunta. La intención entonces es plantear la realidad como problema.
Los orígenes de la Filosofía
El ASOMBRO es fundamental en nuestro acceso a la Filosofía. Hace filosofía aquel que posee la capacidad de asombrarse ante el hecho de que las cosas sean, de que haya algo. Nos asombramos cuando rompemos la relación práctica con el mundo y nos preguntamos qué es la realidad y cuál es su fundamento. El hecho de que haya mundo cuando bien pudo no haber nada es, sin duda, la cuestión más movilizadora para el hombre. Se trata del asombro ante la vida diaria, ante la existencia. Esto lleva al hombre a la búsqueda de respuestas.
Las SITUACIONES LIMITES son consideradas como motivo de reflexión. En tanto seres humanos, estamos siempre viviendo en una situación de tiempo, espacio y circunstancias. Las situaciones cambian, se suceden, pero hay ciertas situaciones en la vida que son, por su esencia, permanentes e idénticas para todos los hombres: la muerte, el miedo, el dolor, la culpa, el azar, etc. La auténtica Filosofía que surge de la conciencia de las situaciones límites provoca en el hombre el impulso de pensar sobre sí mismo, su vida, su relación con su cuerpo, con los otros y con el mundo.
La DUDA es suspender el juicio, es no afirmar ni negar. En la vida cotidiana nos vemos obligados a decidir, a afirmar o negar sin reflexión; sin embargo, en ocasiones, nuestras más firmes creencias, las que parecían más sólidamente establecidas, vacilan; si dudamos frente a ellas y si profundizamos en esa duda se nos abre el asegundo camino hacia la Filosofía.
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